En Oliana encontramos la quesería L’Oliva, de Arnau Quingles. El queso El Coscollet, elaborado con leche cruda de cabra murciano-granadina, es un queso de cuajada ácida, pasta blanda y corteza enmohecida, con una maduración de entre 30 y 45 días. Su textura, de mantecosa a cremosa, depende del punto de maduración. De paladar suave pero intenso, con notas lácticas y poca acidez. La costra florida y las levaduras le aportan notas vegetales, con sabor a otoño y bosque húmedo.

Anna Gárate, la quesera de Castell-llebre, nos propone un queso madurado elaborado con leche cruda, de cabras de las razas alpina y murciana, de cuajada enzimática y con una maduración de 40 días.

El queso Serrat Gros, de la quesería Serrat Gros de Ossera, está elaborado por Mercè pelagra y Raúl Alcaraz. Sus cabras, de raza alpina, salen a pastar cada día. Os proponemos un queso de leche cruda, de cuajada láctica, pasta blanda y piel florida, con un tiempo de maduración de entre 21 y 30 días; de sabor ácido y fresco, que perdura en boca, una textura húmeda que se pega al paladar, y un olor a sotobosque o musgo que le aporta la piel.

El queso Baridà, de la quesería Baridà ocio está elaborado por Francisco Buscallà. Su centenar de cabras de raza alpina sale a pastar cada día, y esto hace que las grasas de la leche varíen durante toda la temporada. El Baridà es un queso de leche cruda, de cuajada láctica, pasta prensada y corteza florida que tiene dos meses de maduración.

En la Cerdanya, a Éller, encontramos la quesería 30 Cabres, la más joven y la que propone un queso más madurado. Tierra es un queso de 10 meses de maduración, elaborado por Sara Gutiérrez y Miguel Ángel Queralt con leche de sus propias cabras, de raza alpina, que pastan cada día. Es un queso de leche cruda, de cuajada enzimática, pasta prensada y madurado con hongos. Se presenta en piezas de 2 kg.

Acompañaremos estos quesos con el vino dNEU y DGEL, de la bodega Llivina (Llívia, Girona), cerveza Hell de Gallo Negro (Arsèguel, Alt Urgell).